jueves, 11 de abril de 2013

Ornitología




El pago.


Don Serafín ( 82 años ) arrastró sus piernas cansadas hasta llegar al lugar en donde se encontraba Verónica ( 53 abriles ) y disimuladamente la colocó en el bolsillo de su abrigo un billete de veinte euros.
Verónica miró a un lado y a otro temiendo que algún vecino indiscreto hubiese observado la maniobra, pero en ese momento todo el mundo iba a su bola por la calle sin preocuparse de los demás. Después miró subrepticiamente el billete.
- Jolines, Don Serafín, que esto es una miseria. El viernes se lo hice por la mañana y por la tarde.
- Hija mia, ya sabes que cobro una paga miserable, y vete a saber tu si este gobierno de ladrones no termina quitándomela.
Siempre tenían una conversación parecida, ella quejándose y él justificándose, pero al final continuaban las cosas como siempre.



El cuerpo.

Verónica le dijo a Eulogio que se iba a echar un ratillo porque le dolía la cabeza, que no la molestase. Eulogio ( 57 tacos ) era una discapacitado físico que se pasaba el día dando vueltas en su silla de ruedas o tumbado en el sofá viendo la televisión.
Verónica entró en su habitación, se quitó toda la ropa y la pierna ortopédica, subió la persiana, apartó el visillo de la ventana y se tumbó boca arriba en la cama. Desde su posición, junto a la ventana del tercer piso, divisaba las ventanas y balcones del edificio de enfrente.
Y en ese momento, la hora convenida, se abrió la ventana del octavo y asomó Don Serafín con sus prismáticos.



El mirón.

Don Serafín enseguida tuvo el cuerpo de su "amada" al alcance de su instinto básico otoñal. Verónica se masturbó fingídamente y Eulogio aprovechó la ausencia de su mujer para ponerse una cinta porno en el video.
Doña Anunciata ( 79 años, ciega, esposa de Don Serafín ) apareció con la cantinela de siempre:
- Que manía has cogido, Serafín, con tanto mirar a los pájaros. Si sigues con la ventana abierta la casa se va a enfriar.
- Te he dicho mil veces que esto se llama ornitología y es una ciencia. Y ya sabes que no quiero que me molestes cuando estoy observando las aves, puñetas!

4 comentarios:

  1. Divertido. Y no digo que no pueda ser real, al menos una parte, pero la gracia está en aúnarlo todo. Qué le vamos a hacer.
    ¿Ha leído usted algo de 'La sonrisa vertical'? Creo que allí hay un relato -hace la tira de años- de una joven que resulta no tener piernas y se liga a todo quisqui con su simpátia. Cobrando, claro.

    Es posible que sea triste, pero yo no lo creo así. Hay que vivir, ¿no?

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  2. Efectivamente, lo que puede resultarnos triste a nosotros es lo más normal para ellos. Tenga en cuenta que la tristeza no nos la provoca el hecho de que se diviertan sexualmente, sino sus minusvalías, y tenemos algún tipó de tabú en el subconsciente que nos hace creer que las personas deformes no pueden pasárselo igual de bien con el sexo que los demás.
    Feliz sabadete y dominguete!
    Gracias por leer estas cosas!

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