miércoles, 24 de abril de 2013

La última voluntad



- Venga, suéltalo ya, mamá, que tengo prisa, voy a llegar tarde al trabajo.
- Lo que te voy a decir es importantísimo y me cuesta mucho decírtelo, pero las circunstancias...
- Mamá, esta introducción ya me la has repetido dos veces. Puedes esperar a la noche, cuando vuelva?
- No, tiene que ser ahora mismo, a la noche podría ser tarde.
- Pues venga, dilo ya!
-Siéntate, hijo mio, que la cosa es para sentarse.
- Vale, me siento. Jo, qué pesada estas. Venga, dilo ya!
- Hijo mio, tu difunto padre, que en paz descanse, no era tu padre verdadero, osea, el biológico.
- Qué?!
- Tu padre es Don Eduardo.
- Venga, mamá, estás delirando!
- Yo no quería decírtelo, pero él insiste en hablarte y en pedirte perdón por no haber tenido el valor de decírtelo antes. Ya sabes que se está muriendo.
- Joder, esto es kafkiano, mamá, Don Eduardo mi padre!... Y me lo dices ahora que tengo 38 años.
- Yo no quería decírtelo nunca, pero él ha insistido. Es la última voluntad de un hombre que se está muriendo. Tienes que ir a verle y que sea lo que Dios quiera. ( Suena el teléfono) Ya lo cojo yo. Sí, dígame... Vaya, pues... pues lo siento mucho. Gracias por llamar. ( Pausa. Mirada de circunstancias a su hijo ) Olvídalo todo, me han llamado para decirme que acaba de morir.
- Mamá...
- Qué, hijo?
- Cómo es que te lo hiciste con un cura?
- No seas grosero que te pego una bofetada!

4 comentarios:

  1. Real como la vida misma.
    Tengo un amigo el cual me contó que cuando estuvo viviendo en Barcelona por estudios estaba harto de tener que llevar siempre encima a la amiga de su novia, la cual estaba líada con un cura, o sea, que eran dos parejas para salir por ahí y primero tenía que ir a misa con ellas y luego soportar al cura de copas y folleteo.

    Por ahí abajo le he comentado, desde el kamikaze hasta las Torres Gemelas.

    ¡Feliz semana!

    ResponderEliminar
  2. Curas terranientes y curas folladores han abundado en España, un país con tradición de "sobrinas de curas", je, je!
    Voy para ahí abajo!

    ResponderEliminar
  3. No, no era pederasta, señor director, era "sacerdotalmente correcto", je, je!

    ResponderEliminar