jueves, 4 de abril de 2013

La gran sorpresa del siglo XXI en el planeta de los toros ( y III )



"Señoras y señores, anuncio mi retirada de esta profesión y voy a explicar porqué lo hago y a qué me voy a dedicar a partir de ahora.
Llevo varios años con grandes remordimientos de conciencia debidos a mi trabajo de sacrificar toros provocándoles mucho dolor"
Un murmullo intenso invadió la sala de prensa. Los flashes de las cámaras no dejaron de iluminar al diestro desde este momento.
Habían oído bien?... Era posible que el número uno de la "fiesta nacional" ( el preciadísimo "bien de interés cultural" del PP ) se declarase de golpe y porrazo antitaurino?...
"Sí, ya sé que esto iba a causar más emoción que si hubiese cortado cuatro orejas y dos rabos en Las Ventas. Pero dejen que me explique: Durante los últimos años he hablado con muchísimas personas, tanto sabios como hombres sencillos, humanistas y librepensadores, taxistas y agricultores, científicos, veterinarios, expertos en tauromaquia, sociólogos, historiadores... Y a medida que avanzaba en mi investigación, me sentía más desolado. Me he portado como un monstruo haciendo daño a seres indefensos. Los argumentos de los taurinos, basados en una hipotética defensa de una vieja tradición, se derrumban por su propio peso, son ideas necias enfrentadas a la realidad de un dolor inmenso, del castigo injusto que se le hace sufrir a un animal durante su lidia.
Señores, he decidido dedicar los años que me queden de vida y la fortuna que he ganado en este vil oficio, en luchar por la erradicación de la tauromaquia, por la supresión definitiva de esta vergüenza tan grande para España y resto de los países taurinos"
El asombro era mayúsculo. Las redes sociales internáuticas y los periódicos digitales ya eran un hervidero de comentarios cuando aún no había concluído la rueda de prensa. Los redactores jefes de la prensa de papel reservaron grandes espacios en portada a la gran noticia, al notición, a la controversia, al escándalo!
Hubo titulares para todos los gustos, según el taurinismo, el antitaurinismo o la "neutralidad" de cada medio de difusión: "El zorro se apiada de las gallinas"; "Gran maltratador de animales arrepentido"; "Dámaso de Utrera, una vergüenza para la gloriosa fiesta nacional"; "Principio del fin de una costumbre bárbara?"; "Multimillonario caprichoso reniega de la gente y el oficio que le encumbraron"; "Por fin un torero antepone el valor humano a la cobardía de "matador" "; "La fiesta brava seguirá existiendo a pesar de los traidores"...

Pues no, el declive empezó para esta "fiesta" horrible de una minoría estúpida. Ese mismo año, dos docenas de grandes ciudades españolas se declararon antitaurinas. Las pataletas de los que defendían su "bien de interés cultural" fueron cediendo fuerza en años siguientes. La "gesta heróica" de Dámaso de Utrera y su dinero al servicio de grandes campañas internacionales contra la "vergúenza de España" fueron obrando a favor del sentido común y el respeto a los animales. Ya quedaba muy atrás García Lorca cantando a la "sangre derramada"... de un torero.

5 comentarios:

  1. Hola, Doña Leona!
    Intentaré mañana la "aventura" de colgar mi siguiente relato-anécdota en La Comunidad. Tuve que tener el puto fallo ese en los días en los que estoy más liado. Hoy me ha quedado un poco largo el relato en mi blog y ya no sé si voy a poder centrarme en el relato de La Comunidad, pues tengo que estudiarme bien las indicaciones que me ha dado y ver cómo lo resuelvo. Además, tengo trabajos que hacer por lo de la búsqueda de empleo. Así que dedicaré el tiempo que me sobre a "ponerme al día" en Facebook, que tengo un montón de comentarios que responder y notas pendientes que publicar.
    Hasta mañaba!

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    1. Buenas.
      Ya me gustaría que esta narración fuera cierta y más cercana a nosotros.

      He debatido incontables veces con pro-taurinos y son tan, tan sorprendentes, que no sabes qué pensar, si tienen pocas luces o una crueldad nata o tal vez innata.
      Unos se aferran a la tradición, llamando cultura a la tortura; otros te salen con el manido argumento de que comes pollo y conejo. Pero lo que más me sorprendió fue un amigo del que no dudaba de su inteligencia, y sin embargo, fue capaz de soltar esta imbecilidad: "Los toros son como piedras, no sienten dolor".

      Considerar cultura al "arte" de torturar ya deja en entredicho a quienes lo afirman y no vale la pena insistir.
      Comer carne no es lo mismo que torturar por placer y regodearse con ello.
      En cuanto a la férrea creencia de que el toro no sufre, no sé si reír o llorar, tan absurda es. Quien lo dijo me dejó realmente a cuadros.

      Otro amigo insiste en que si no hay corridas no existirían toros bravos. No asiste a ellas, no es taurino, pero las defiende para quien les guste. Bien, ¿qué necesidad hay de criar toros bravos? Sólo para estas salvajadas que reportan dinero como los partidos de fútbol, con la salvedad de que un balón no sufre en absoluto por más patadas que le dén y en el otro caso, la tortura empieza mucho antes de salir a la plaza, para minar las fuerzas del animal y su visión. ¡Trampa!
      Para mí, los toreros son unos cobardes. Nenazas ataviados de lentejuelas y sedas de colores.

      He acariciado el morro de toros bravos en la dehesa, de una ganadería que nutre las plazas. Enormes. Fuertes. Pero inofensivos. Cuando los trasladan a las plazas los vuelven locos inyectándoles preparados que los irritan y atacan su organismo, al tiempo que los debilitan cargándoles enormes pesos sobre la testuz durante horas y horas.

      Me cago en todos los toreros, su entorno y sus defensores. ¡Cobardes!

      Haga lo que buenamente pueda. Ya se ve que estamos solos en el navio, lo cual me importa poco porque navega, según señalan los instrumentos de a bordo. Recuerde que las ratas no tienen importancia.

      Hasta mañana.

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  2. Un caso así no lo veran nuestros ojos, no los de nuestros nietos. 10.000 años de tradición nos contemplan.

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  3. Hola!
    Se queda usted corta en lo de "sorprendentes", encierran un fanatismo en sus neuronas que riase usted de los yihadistas. Pueden llegar a encabronarse como los gitanos si les llevas la contraria, y lo digo con conocimiento de causa porque los sufrí en un foro de Internet, un lugar del que terminaron echándome, y le juro que mi comportamiento no fue grosero, simplemente le dolía un montón que no pudiesen rebatir mis argumentos. Y es que no pueden porque carecen de ellos.
    El argumento de que el toro bravo dejaría de existir, ya se lo han echado por tierra un millón de veces. Sobran grandes extensiones de terreno, las que ahora se han utilizado como ganaderías de bravo, pero que el toro se mueva a su aire como una especie protegida.
    Buen día, capitana de la Mar Oceana!... Je, je!

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  4. Señor Director: No son tantos años de tradición, la tauromaquia es una "tradición moderna", si se me permite el término. El espectáculo taurino, como se desarrolla hoy en día, viene del siglo XVIII o segunda mitad del XVII, no recuerdo ahora bien.
    Tampoco crea usted que va a durar mucho, en los últimos cincuenta años ( y mucho más en los últimos diez o veinte años ) ha perdido muchísimos adeptos y se ha acentuado la flojedad de los toros, esa enfermedad en las patas que parece ser irreversible en la raza, por mucho que se empeñan en cruzar sangres de diferentes ganaderías para ver si consiguen un "transgénico" bravo.

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