lunes, 29 de abril de 2013

1.950 - 1.952 ( I )




En aquel feo, gris y vetusto edificio de cuatro plantas se extinguía una vida y estaba a punto de venir al mundo un niño. "Unos que nacen y otros morirarán. La vida sigue igual" La Parca visitaba el cuarto izquierda. Era 1.952 y Don Hermógenes Santander estaba a punto de expirar. Envejecido prematuramente por efecto de la silicosis, daba sus últimas bocanadas de vida mientras le llegaba de la calle el sonido triste y lejano del violín de un mendigo. Su mirada fue nublándose a medida que se borraba de su retina la imagen de un calendario de 1.950 con la imagen enorme de un Sagrado Corazón de Jesús y el anuncio "Conservas de Pescado Viuda de Talledo" que colgaba de un clavo oxidado muy cerca de su cama. Aquel calendario atrasado era como si el tiempo se hubiese detenido antes de tiempo para él, postrado en el lecho del dolor antes incluso de 1.950. Nadie en la familia había tenido la ocurrencia de renovar el calendario porque quizá su subconsciente les decía que el abuelo ya estaba muerto, aunque ocupase un lugar en aquella habitación y aún latiese su frágil corazón.
Y este dejó de latir. Se acabó lo que se daba. Lagrimeó su ya viuda Doña Enriqueta. Suspiró su hijo Luciano, y su nuera, Honoria, puso cara de "no somos nadie" y se abrazó a Doña Enriqueta. Su nieta Juanita permaneció muy seria y un poco atontada, pues ella estaba aún en la edad de imaginarse que estas eran cosas muy raras que sólo les pasaba a la gente muy mayor. Juanita quería que se terminase todo para que la dejasen ir a jugar a la calle. El Padre Veremundo dijo una oración y salpicó al difunto con agua bendita.

En el primero derecha nació un niño porque todavía había muchas mujeres que parían en casa, y le pusieron de nombre Martín porque ese era el santo del día: San Martín de Tours, 11 de Noviembre. Frío y gris Noviembre de 1.952, triste como la música del violín del mendigo.

Sesenta años después

Años de crisis, de pérdida de ilusiones, de políticos tramposos, de odio de los pobres hacia los ricos... ( Seis millones de parados en España! )
En 2.013 también había lugar para las creencias sectarias, cimentadas en todo tipo de supersticiones ancestrales e influenciadas por las sectas apocalípticas. El mundo no se había acabado en Diciembrede 2.012, pero seguían funcionando muy bien todas las chuminadas agoreras, cuentos de alienígenas destructivos, amenazadoras apariciones marianas y demás comecocos para crédulos. El negocio de engañar a los ignorantes nunca dejó de ser rentable en este mundo de listos y tontos. Y en algunos medios de difusión de gilipolleces semejantes les vino que ni caído del cielo aquel hombrecillo que decía ser la reencarnación de otro que falleció en su mismo edificio. Don Martín Sangüesa comenzó a tener "revelaciones" de su otra vida cuando ya empezaba a peinar canas y vivía solo porque su mujer y sus hijos habían terminado muy hartos de él.

El periodista especializado en fenómenos paranormales, Regino Orihuela, les escuchaba con suma atención.
- Oigo la música de un violín desde la cama en donde me estoy muriendo.
- En la radio?
- No, el sonido llega de la calle.

( Continuará )

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