sábado, 20 de abril de 2013

Mártir circense.



El era una de las grandes atracciones de aquel circo: "El Gran Mago Constantino", así se hacía llamar, aunque su nombre verdadero sonaba más sencillo: José Miguel.
El público quedaba admirado con los portentosos números de magia del incomparable Gran Constantino. Hacía desaparecer a una mujer y en su lugar aparecía un tigre de fiero aspecto. O viceversa. Otras veces era el tigre el que desaparecía y su lugar venía a ocuparlo una bellísima señorita, que en realidad era su hija mayor: Paqui.
Pero había algo que desconcertaba al público. Mejor dicho, tres cosas llamaban la atención de los espectadores, causando el desagrado o la inquietud de muchos de ellos. El Gran Constantino, José Miguel, cojeaba visiblemente, le faltaba el brazo izquierdo y se cubría la cara con un pasamontañas, como los terroristas.
El buen hombre, próximo a cumplir los cincuenta años, lo había sido casi todo bajo la carpa del circo. De jovencito empezó haciendo malabares, y tuvo la desgracia de quemarse la cara cuando estaba realizando un arriesgado número de fuego.
A partir de este momento actuó con todo tipo de máscaras. En sus tiempos de trapecista, un día en el que realizaba el triple salto mortal sin red, se cayó y se rompió una pierna. De ahí la cojera que le acompañaría toda su vida.
Imposibilitado para el trapecio, se dedicó a la doma de fieras, y también en esto le acompañó la desgracia: la leona Bumba le arrancó el brazo de un zarpazo.






El era el Gran Constantino, José Miguel, una de las grandes atracciones del circo, un mago formidable. Lo era porque ya no está con nosotros. El tigre que aparecía en uno de sus números de magia, se mosqueó en una función y lo mandó para el otro barrio.
Descanse en paz y que continúe el espectáculo.

4 comentarios:

  1. ¡Atiza! Gafado de pies a cabeza.

    Abajo le he explícado sobre Lana Turner, pero no es necesario que vaya, se lo dejo aquí:

    En 1958, su hija Cheryl Crane -menor de edad-, disparó y mató al gángster Johnny Stompanato, amante de Lana, por tener la mano demasiado suelta.

    Buen fin de semana, sin leonas ni tigres, je je je...

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  2. Murio en el tajo, un profesional

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  3. Hola!
    Pues sí, ahora me ha refrescado el coco. Lo leí pero lo tenía olvidado.
    La he dejado una anecdotilla de una abogada en su blog.
    Me dice "buen fin de semana sin leonas...", será "sin leones", porque como "leona" ya la tengo a usted, je, je!

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  4. Así es, Don Jesús, murió con las botas puestas. Todo un mártir del Mayor Espectáculo del Mundo!

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