viernes, 8 de marzo de 2013

Horror indefinido ( II )



Resumen de lo anterior en letra color sangre:

Un hombre ha entrado en mi habitación y me ha acuchillado ( Duermo solo porque la noche me acojona ) Y de pronto me despierto, pero sin angustia, sin ningún miedo.

Me veo flotando en el espacio de la habitación. Mejor dicho, no me veo porque no tengo cuerpo, soy un espírtu y, como tal, invisible.
Miro hacia abajo y descubro mi cadáver masacrado en la cama. Caray, no imaginaba que podría salir tan sangre de un ser humano, en las películas parece que es menos, aunque a lo mejor no me fijado bien porque suelo ( solía ) mirar para otra parte en las escenas truculentas. El asesino se ha hartado a darme cuchilladas y lo frustrante es que no sé quién es ni porqué lo ha hecho.
Ahora entra en la habitación mi mujer y pega un grito espantoso. Siempre ha sido muy escandalizable, y con esto ya te digo, no es plato de buen gusto descubrir el fiambre del que ha sido hasta poco tu marido, aunque ya no durmiésemos juntos.
Josefina se desmaya, no es para menos. Aparecen mis hijos, dos adolescentes repulsivos de 15 y 13 años. Joder, qué escena tan poco tan recomendable para niños!
Una fuerza sobrenatural me obliga a abandonar el lugar. Ahora estoy en una dimensión espiritual porque ya no soy un ser mortal, bueno, lo he sido hasta que ha llegado el cabrón del cuchillo. Con mi muerte he dejado de ser mortal para convertirme en algo abstracto. Joder, pero yo no debería estar completamente muerto?... Yo nunca he creído en estas cosas, no entiendo qué me está pasando.

( Continúa mañana, Dios mediante)  )

4 comentarios:

  1. Ahora se pone interesante...el cielo o el infierno espera al protagonista

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  2. ¿Dios mediante? Je je je...

    Esta noche pasada la he tenido jodidita. No, los sombreros de la percha no me atacaron, pero me la pasé toda intentando sacar de mi casa a cierta bruja negra que se había aposentado en ella.
    No había manera, oiga, la cogía por los pelos, la sacaba a la puerta, le daba una patada escaleras abajo, y cuando me giraba, volvía a tenerla dentro. Toda la noche así, me despertaba, pero cuando volvía a dormirme, seguía lo mismo.
    Mi vecina llamó a la policía, pero cuando fui a su encuentro para explicarles lo que pasaba, ni me veían. Yo no existía, caminaban hablando entre ellos, no me escuchaban ni veían. Debía estar difunta, creo yo.

    Tengo que estudiar detenidamente esta pesadilla porque señala cosas muy interesantes. Por supuesto, no se trata sólo de lo que cuento, ha habido más, muchísimo más y ello me ayuda a entender algo muy importante para mí.

    Veamos mañana cómo acaba su protagonista, el cagueta.

    Abajo le he contestado a lo de la Comunidad.

    ¡Salud!

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  3. Yo también acbo de dejarla un comentario abajo. Cuidado con las brujas, que son muy suyas ellas, je, je!

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  4. Hola, Don Jesús, hay cielo e infierno?... He aquí la gran cuestión!... Don Benedictus y Don Rouco nos dirán "of course"

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