viernes, 15 de marzo de 2013

El entierro de La Sardina




El entierro de La Sardina, acaecido en el 2.011, siempre se recordará en la barriada del Divino Pastor como el día en el que el patriarca Celedonio y su compadre el Tío Virutas vacilaron de una forma descarada a la policía madrileña. Ojo, que la cosa no es de chiste, porque ambos romanís eran los presuntos asesinos de Godofredo Cañete, presuntos pero asesinos.

El entierro de La Sardina tuvo lugar un frío miércoles de Marzo por la mañana. Centenares de gitanos de toda la región acudieron a despedir a la venerable difunta, una mujer muy querida por los de su etnia y un verdadero quebradero de cabeza para los municipales por su maestría como ladrona de carteras o "merchera", especializada en los guiris del Paseo del Prado y la Cibeles.

Dos días antes, al llegar al barrio tras una fructifera jornada laboral, Rosario Palomo Heredia, La Sardina, fue atropellada en un paso de cebra por un coche Seat Toledo de tercera mano conducido por Godofredo Cañete. El irresponsable Cañete tenía más alcohol en la sangre que Ortega Cano cuando se siente muy a gustito. Detuvo el vehículo y, a pesar de su melopea o quizá por causa de ella, se aprestó a socorrer a aquella mujer que yacía en medio de un charco de sangre. Pero La Sardina ya estaba muerta y de ello se percataron enseguida el patriarca Celedonio y su compadre El Virutas, que acababan de salir del Bar los Mejillones y, ni cortos ni perezosos, le asestaron veinte puñaladas al maldito payo asesino, ahorrándoles a los maderos patrulleros la prueba de alcoholemia y pasándole el fiambre al señor forense.
Los vengadores huyeron ipso facto y se ocultaron en un poblado que no era el suyo.

El concurridísimo entierro de La Sardina tuvo un aspecto morboso de provocación a la policía. El patriarca Celedonio había jurado "por sus muertos" que asistiría al entierro, y cuando un gitano jura por lo más sagrado de los gitanos, todo el mundo sabe que lo va a cumplir.
Un fuerte dispositivo policial se mezcló con el millar largo de gitanos congregados: Viejos patriarcas de todos los clanes, gitanas gordas y flacas con sus proles de churumbeles, gitanas viejas plañideras que iban detrás del ferétro gritando y maldiciendo al payo asesino, gitanos jóvenes con aspecto de gitanos navajeros lorquianos, gitanos cantaores y bailaores, gitanos gurruminos...
Los policías uniformados rodeaban la zona y los inspectores de paisano se confundían con la gitanada, y algunos incluso se habían disfrazado de gitanos. El objetivo estaba muy claro: detener al patriarca Celedonio y al tío Virutas. Pero no hubo suerte.

A últimas horas de la tarde, en la comisaría del Divino Pastor, el comisario Lopategui Serranillos se lamentaba de la malísima suerte que habían tenido.
- No me lo puedo creer, señores, si el Celedonio juro que iba a ir al entierro, es que ha ido al entierro. En qué hemos fallado, coño?
Llegaron los inspectores Molina y Argoitia y pusieron sobre la mesa las fotografías y la grabación videográfica que se había hecho durante la misa, a la comitiva fúnebre por la calle y en el cementerio de la Almudena.
Transcurrieron dos horas sin que el abundante material videográfico y fotográfico les dijese nada, hasta que de pronto...
- Es él, coño, es él!... - exlamó el comisario señalando a una de las fotos - Este tío es el Celedonio, joder!, y el que está a su derecha, ese al que no se le ve bien, debe ser el Virutas.
El Celedonio y el Virutas eran dos de las viejas plañideras que acompañaban al féretro. Estupendas caracterizaciones e interpretaciones las de los dos calés, aunque finalmente fueron descubiertos por el ojo de una cámara y el buen ojo clínico de un comisario.
"Joder, como en la películas", pensó el sarcástico inspector Molina.
Y aún tuvieron que pasar cinco meses hasta el día en que les echaron el guante, pero esta ya es otra historia.

6 comentarios:

  1. ¡Uy, qué bien!, nuestros antiguos amigos de la pasma en acción.
    Eso les pasa por no fijarse en las viejas, je je je...

    Feliz viernes.

    PD. abajo tiene un comentario nuevo.

    ResponderEliminar
  2. Feliz viernes, sábado, domingo... y el resto de nuestras vidas!

    Efectivamente, como no eran tías macizas, ni las miraban.

    Salud!

    Ayer empecé "1.969" Leí apenas cuarenta páginas porque el sueño podía conmigo. Me gusta el estilo de narración que tiene. Y me llevé una gran sorpresa: De pronto me encontré en un lugar muy familiar para mi: todos los rincones de esa city, calles y plazas, eran lugares de Murcia capital que yo me patée durante siete años. Y la novela empieza con una breve escena en Santiago de la Ribera, a donde acudí muchos días durante esos años y me bañé en su playa.
    Voy para abajo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya ve, se lo recomendé a conciencia porque además del tema, sabía que usted había vivido en Murcia y conocería los lugares mencionados en la novela ;D

      Hasta mañana.

      Eliminar
    2. Los conozco de sobra y disfruto doblemente porque sé en cada momento en dónde se ubica la acción. Pues ya he pasado de las cien primeras páginas y me lo estoy pasando muy bien.
      Salud!

      Eliminar
  3. Que brio narrativo, a ver si escribe una novela negra entera....ambientada en Manchester por ejemplo.

    ResponderEliminar
  4. Mis veleidades literarias ya se acabaron, Don Jesús, lo que yo imagino muere en Internet. A los señores editorialistas que les vayan a suplicar sus putas madres.
    Buen sabadete!

    ResponderEliminar