sábado, 9 de febrero de 2013

Una pandilla de calzonazos



- Somos la vergüenza del barrio, Ulpiano, la gente te ha reconocido en las fotos de los periódicos y de Internet. Ay, Dios, yo no estoy dispuesta a seguir llevándome sofocos de este tipo, el día menos pensado me lio la manta a la cabeza y pido el divorcio.
- No saques las cosas de quicio, Antonia, me cago en la hostia!
- Que no saque las cosas de quicio?!... Que no saque las cosas de quicio?!... No te me pongas farruco, Ulpiano, que no me conoces bien todavía!
- Estaba trabajando, vale?
- Pues vaya trabajo de mierda!... Siempre te lo dije, tenías que haberte buscado un trabajo decente. Qué te había hecho la señora para zarandearla y tirarla al suelo?
- Era una alborotadora.
- Anda, no me jodas!... Una señora de ochenta años... una anciana que podía ser tu madre o la mia. Mira, Ulpiano, tu hijo tiene abandonados los estudios y te importa un pito; tu hija, con quince años, se pinta como una puta y va a una discoteca en donde hacen la vista gorda con los menores... Te he dicho mil veces que hables con tu hija o vayas a pegarle un par de hostias al de la discoteca, y tú nada. Y sin embargo derrochas tu "hombría" arrastrando por el suelo a una anciana indefensa y nos pones en evidencia a toda la familia ante el barrio.
- Bueno, vale ya, no?
- No, no me callo!... Tú y todos tus compañeros sois una pandilla de calzonazos. Mira al cobardica del Macario: "No me pegueis, que soy compañero!" les gritaba a unos que no le habían reconocido. Sólo le faltó llorar como a una nenaza. Lo dicho, una pandilla de calzonazos!
- María, que te caliento, eh!
- No hay cojones, calzonazos!... Yo no soy la señora de ochenta y años, vale?!... Como intentes algo cojo el cuchillo de la carne y te rajo la barriga, por mis muertos!

5 comentarios:

  1. ¡Diga que sí, señora! ¡Diga que sí! ¿Quiere que le traiga un machete indonesio?

    Disculpe, señor Mejillón, me he embalado con el pifostio que tiene montado. Me envía la jefa para invitarle a su fiesta de cumple que será hoy sábado. Y ahora me largo, que todavía me falta la camarera de lengua larga y piernas cortas. ¿O era al revés?

    ¡No se dé prisa, que todavía no ha empezado!

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  2. La mujeres se protegen entre si, pero la yaya esa era un elemento de cuidado, de Al Qaeda nada menos ni nada mas.

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  3. ¿La señora de Ulpiano se llama Antonia o Maria?
    Ojo con las iaias, que son muy peligrosas, en serio. Cuando a mi señora madre ya se le había ido la olla, agarró a mi sobrina por el cuello y no conseguí que la soltase, tenía una fuerza impensable. Anonadada, sólo pude introducirme entre ellas metiéndome bajo los férreos brazos de la anciana. Caímos las tres al suelo y sólo entonces la soltó, de lo contrario la estrangula.

    Veo que mi emisario ha llegado tarde. La culpa es mía, que lo monté todo a última hora, como siempre. En fin, lo llevo en los genes. Si tengo que salir de viaje, hago la maleta la noche antes, aunque coja el avión a las seis de la mañana.

    Hasta el lunes.

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  4. Hola!... Dentro de un ratito, cuando termine de colgar el post, voy a ver que ocurre en la fiesta de cumple, aunque sea con retraso. El sábado vi el aviso del conejito en último momento, intenté entrar pero la maquinita me hizo la puñeta, no acababa de salir la página y pasaban los minutos, así que me quedé con las ganas.
    Hasta en las mejores familias hay peleas domésticas, je, je!, pero su madre era una mujer fortachona o con mucho nervio, sin duda alguna.
    Hasta ahora!

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  5. Hombre, Don Jesús, aunque la viejilla sea muy lianta me parece una vergüenza que todo un madero fortachón se empeñe en tirarla al suelo.

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