lunes, 4 de febrero de 2013

Psicosis



Scarlett Burton, ama de casa de Memphis, tenía el miedo metido en el cuerpo desde que vio en el cine la película más reciente de Hitchcock: "Psicosis" Ya habían pasado cuatro días, pero la escena de la ducha no era tan fácil de olvidar.

Entró en el baño, cerró la puerta con pestillo y se quitó el albornoz. Antes de introducirse en la ducha perdió unos minutos mirándose en el espejo. Los pechos firmes y ni una arruga en el rostro. A sus 38 años, Scarlett, aún conservaba un físico agraciado, nada que le hiciese envidiar a la jovencita que fue en otro tiempo.

Norman avanzó despacio en dirección al baño. Sabía que ella estaba allí. Norman Wicklow, un hombre de complexión delgada y carácter introvertido, un joven de 25 años que no había tenido mucho éxito con las mujeres, era el que ahora se disponía a entrar en el baño en donde se observaba desnuda Scarlett Burton.

Por fin se decidió. Entró en la ducha y dedicó los primeros segundos a regular la temperatura del agua. No se "encerró" con la cortinilla, quería ver bien todo el cuarto de aseo, aunque luego la tocase perder un buen tiempo en escurrir el agua con la fregona.

Norman intentó entrar, pero la puerta estaba cerrada desde dentro. Ultimamente había pensado mucho en su madre, ya fallecida, una mujer que le sobreprotegió en su infancia. A ello se debía en parte su carácter apocado. Pero ahora, por primera vez en su vida, Norman era feliz.

Scarlett dejó escapar un grito espeluznante. "AHHHHHHH...!!!! No, no podía ser!... No, no, no!... Dios, cómo era posible que le ocurriese algo tan atroz?!
Norman golpeó la puerta.
- Qué pasa, cariño?!... Qué te está pasando, Scarlett?!... Abre la puerta, por favor!... Abre ya!
La aterrorizada Scarlett abrió la puerta y se abrazó a su amante.
- Mira, mira!... Allí, allí!...
Y señaló hacia el suelo de la ducha, hacia un punto en donde se revolvía patas arriba, sobre la superficie acuosa, una negra y gorda cucaracha.
- La he pisado, Norman, la he pisado!
- Y rompió a llorar de una manera incontenible.
Más tarde él la preguntó:
- Por qué no me pediste que te acompañase?
- Te vi tan dormido, cariño, que no quise molestarte.

Scarlett Burton y Norman Wickloww eran amantes. La madurita Scarlett era lo mejor que le había ocurrido en su vida al apocado Norman, y Norman era para Scarlett el mejor sustituto de su indiferente marido. El "nidito de amor" era gentileza de una buena amiga de Scarlett, un prestamo gustoso para que disfrutase de su nuevo hombre.
Y a partir de aquel día siempre se ducharon juntos... y jamás volvió a aparecer una cucaracha.
Scarlett disfrutó de las mejores duchas de su vida con un Norman... que no era Norman Bates, por supuesto, je, je!
                                                         THE END

 

2 comentarios:

  1. Quizas la pelicula habria tenido mas exito asi, aunque tendria triple x

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  2. Je je je... Genial, como siempre. Y no me diga que no, que me enfado, ¡juas!
    Veo que ha pillado usted muy bien mi idea para la siguiente actividad de la Comunidad ;D

    Ya he leído sus anteriores entradas, pero me disculpará que no las comente porque me siento bastante débil, ando muy atareada con lo que ya sabe.
    Cuando le conteste al correo le recomendaré un par de novelas que he leído estos días, a ver si las consigue, pues creo que le gustarán.

    ¡Salud!

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