jueves, 21 de febrero de 2013

Hay algún médico en la sala?



La voz reclamó ayuda con la máxima urgencia.
- Hay algún médico en la sala?!... Por favor, esto es un amago de infarto!
El joven deoctor Serafín Galloso, que había ido a ver la función con su novia Irene, no dudó un segundo en prestar su ayuda a aquel actor en peligro de muerte.
La representación se había interrumpido y todo el elenco de actores, con sus rostros llenos de estupor, miraban al compañero sufriente.
El doctor Galloso corrió por el pasillo central hasta llegar a la pequeña escalera que comunicaba con el proscenio. Pero en el instante en que iba a poner un pie en la escalera, alguien tiró con fuerza de su chaqueta.
- Apártese, soy el médico! - Gritó el hombre sin dejar de aferrarse a su chaqueta, ante el estupor lógico del joven galeno.
- Oiga, yo también soy médico. - Protestó airado el Doctor Galloso.
- Apártate, coño. - Dijo en voz más bajita su colega.
Empezaron a escucharse carcajadas que llegaban desde varios puntos de la platea y desde algunos palcos.
"Pero cómo es posible que se rían" - Pensó angustiado el joven Serafín Galloso. Faltaban sólo unos segundos para que se enterase de que estaba haciendo el mayor ridículo de su vida. Se percató de la situación cuando vio que algunos actores también habían empezado a reirse. Qué más daba, si a fin de cuentas aquel intruso ya les había estropeado la escena!
El médico que intentó bloquearle era un médico de pega, osea, un actor. El otro actor no sufría un infarto, lo sufría su personaje. El público que reía lo formaban espectadores que conocían la función de sobra, pues esta llevaba un largo tiempo en la cartelera.
- Ay, Serafín, en que jaleo te has metido! - Le dijo su novia Irene con una reconfortadora sonrisa en los labios, aunque estaba más colorada que un tomate.

( Basado en un hecho real sucedido durante una función de teatro de aficionados en mi pueblo )

4 comentarios:

  1. En muchas funciones se juega con el público. La acción "traspasa la batería"

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  2. En fin, el médico real -y su novia-, cometió el pecado de ir a ver algo sin enterarse, dado que dice que llevaba tiempo en cartelera.

    Yo no llegué a tanto como un infarto, pero también usé actores fuera del escenario que se incorporaban a él en una función que escribí, la primera, creo.

    Feliz viernes y felices anécdotas.

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  3. Es un juego que puede resultar cuando se hace de forma inteligente y sin perturbar demasiado al público, pues no a todos los espectadores les gusta participar. Yo, como espectador, pertenezco al grupo de los pasivos, mi participación se limita a aplaudir. A los niños sí, a ellos les gusta que les impliquen en la historia.
    Feliz día y fin de semana!

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