martes, 26 de febrero de 2013

Atraco imperfecto



Estaba mucho más nervioso de lo recomendable. Sabido es que los nervios son muy difíciles de controlar.
Ahora, a punto de hacerlo, empezaba a arrepentirse. Por qué diantres había hecho caso a esta gente tan poco de fiar?... "Si lo haces bien ganarás dinero, muchacho", le dijeron . Ese era el problema, la puta crisis le había empujado a aceptar tan vil trabajo. Qué diría su difunto padre, el muy ilustre notario, si levantase la cabeza?...
"A la mierda, tengo que hacerlo!" Entró en el banco y gritó con todas sus fuerzas:
- Todo el mundo al suelo, esto es un atraco!
De pronto notó que le faltaba algo, y lo más raro: algunos de los clientes del banco no se habían echado al suelo, y un par de ellos le miraban con todo descaro. Hasta que uno se rió y contagió a los demás.
- Corten!... - gritó el director con evidente cabreo - Eres la leche, tío, cómo se te ocurre atracar un banco sin pistola?... A ver, la script, el utilero, quien sea, que le den a este tío una pistola, que ya nos ha jodido una toma.

6 comentarios:

  1. Meterse a actor, que vergüenza, es lo ültimo. Antes atracador

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  2. Je je je... la cantidad de tomas falsas que hay.
    Incluso en teatro. Me tocaba estar en escena cuando se abriése el telón, y constaté horrorizada que en la mesa del comedor de la señora de mediana edad, honesta madre de familia, o sea, yo, los de la obra anterior se habían dejado los vasos y la botella de wisky. Los cogí y me fui hacía el lateral derecho, mientras en el izquierdo llamaban a la puerta. El telón ya estaba abierto y yo tranquila, caminando en zapatillas de estar por casa, sin apresurarme, mientras el joío director me hacía señas de que fuera a "abrir la puerta". ¡Suputamadre! ¿No vió que la escena no era correcta? Dejé los vasos y la botella en el suelo, fuera de la vista del público, como si me hubiera metido en la cocina, y volví al otro lado rezongando "¡Ya va, ya va!".
    Por supuesto, el dire era un niñato que no sabía dónde tenía cada mano.

    Oiga, un imprevisto me tiene fuera de casa. Tengo mi portátil, pero no los archivos, que están en el equipo del estudio. Esto me impide empezar la actividad de 'El cambiazo' el miércoles -hoy-. Iba a decirle que empiece usted, pero tal vez sirva para dar un poco de tiempo a CASAS y a Periódico, que aún no han mencionado ningún título y al menos parecen interesados.

    Entre todo, asuntos personales y cibernéticos, tengo la cabeza como un bombo, ¡puf!
    Voy a ver qué digo allí.

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  3. Así es, Señor Periodista, yo cometí el gran error de mi vida, tendría que haber tomado la otra opción y quizá me hubiese ido mejor.

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  4. Tranquila, no hay prisa. Suerte en todo!
    El teatro da para centenares de anécdotas. Si tiene usted un muchas, un día podemos hacer un juego entre usted y yo, un juego para dos, ya que no contamos con mucha más gente deseosa de estos divertimentos. Muy sencillo, un día me cuenta usted un par de anécdotas, o una si es muy larga, de sus tiempos de actriz, de majorette, etc., y al siguiente respondo yo con otras dos anécdotas, y así sucesivamente, hasta que se nos agote el repertorio. Le aseguro que con las mias se va a escoñar de risa, y son reales!
    Feliz vispera de el jueves!

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    Respuestas
    1. ¡Me gusta la idea! Habrá que buscarle un nombre apropiado al juego, je je je... 'Anécdotas de un par', algo así. Piense usted, a ver qué se le ocurre.

      A ver si empezamos de una vez con los cambiazos, que esto va a ser más duro que un parto con fórceps... Es lo que tiene trabajar con primerizos, ¡juas juas!

      ¡Feliz final del día!

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    2. La cuestión es que ellos no tiene la pasión de escribir, no necesitan imperiosamente expresarse de esta manera. Lo entiendo. "Anéctotas de un par" me parece bien, o "Anécdotas de un par de ex comediantes", je, je!... Como prefiera.

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