sábado, 23 de febrero de 2013

Adolescencia en el Salvaje Oeste.



La vida era muy dura para aquellos pioneros. En las vastas praderas del Oeste los colonos se enfrentaban a numerosos peligros, pero sólo unos pocos hombres duros eran capaces de plantar cara a las adversidades imponiendo la ley... y la horca.





Tim Barrow era uno de esos peligros. Su audacia no tenía límites y en pocos años había logrado sembrar el terror entre los cohibidos granjeros de Bright City, víctimas todos ellos de los robos de ganado.
Tim era el cabecilla de la banda de cuatreros más temida y hasta se atrevía a pasar por el pueblo galopando y pegando tiros al aire, desafiando con sus fanfarronadas a la autoridad del sheriff.




Educar a los adolescentes tampoco era fácil para los colonos. El conflicto generacional ha existido y existirá en todas las épocas y sociedades, pero este se acentúa cuando el muchacho toma como referencia a un personaje nada recomendable. Y el ídolo de Kevin Smith era Tim Barrow.
Cierto día cometió la insensatez de declarar su admiración por el cuatrero, estando presente su padre.
- De mayor quiero ser como Tim Barrow, bang!, bang!... - Y simuló los disparos cerrando un ojo y flexionando el dedo índice en el gatillo de un invisible revólver.
Su padre le dio una sonora bofetada que lo dejó tumbado. Catorce años tenía solamente y ese día empezó a odiar al hombre que controlaba su vida.






Harold Smith detuvo la galopada al llegar a su rancho, pero no se bajó del caballo.
- Kevin! - Gritó, mirando hacia la casa.
El muchacho abrió la puerta y observó a su padre con desdén.
- Ensilla tu caballo y sígueme, rápido!
- He quedado con la señora Baxter para pintar la puerta de su establo.
- He dicho que me sigas.



Diez minutos después, tras un intenso galope, llegaron a un recodo del Río Grande, cuya ribera izquierda se prolongaba hasta un pequeño bosque de hayas.
Harold se bajó del caballo y ordenó a su hijo que hiciese lo mismo.
Ambos, tirando de la brida de sus caballos, se fueron acercando a los árboles. De pronto, el joven Kevin vio algo que le estremeció. Bajo una gruesa rama colgaba un guiñapo humano, un cuerpo que no mucho antes había estado caliente, con su sangre circulando por las venas, el corazón latiendo y el dedo índice oprimiendo el gatillo de un revólver.
- Es Tim Barrow - Musitó el adolescente temblando, pálido, estupefacto...
- Sí. Mejor dicho, "era" Tim Barrow.
- Quién lo ha hecho? - Preguntó sin mirar directamente a su padre.
- Quién crees tú que ha podido ser?... Ja, ja, ja!... Desde luego, el sheriff y sus hombres. Es la Ley, Kevin, la Ley!
Y dicho esto, montó en su caballo e inició la galopada sin esperar al muchacho.
Los ojos de Kevin no podían apartarse del rostro del ahorcado. El sheriff Harold Smith era el autor de aquello. Su propio padre había ahorcado a Tim Barrow!



Iba a ser Harold Smith a partir de ahora el ídolo de Kevin Smith?... O incrementaría su odio hacia él hasta el punto de llegar a matarlo en venganza por la muerte de Tim Barrow?...
Nadie es capaz de entender como fabrica sus afectos y desafectos esa máquina imperfecta que es el cerebro de un adolescente. Y mucho menos en el Salvaje Oeste.

6 comentarios:

  1. Una reflexión inquietante porque efectivamente, un cerebro -y más adolescente-, es imprevisible.

    Puede que Kevin Smith se convierta en el sucesor de Tim Barrow y empiece su carrera asesinando a su propio padre, pero también es posible que acabe siendo sheriff. ¿Quien lo sabe?

    Abajo tiene mi contundente respuesta, je je je...

    Que tenga un buen fin de semana.

    ResponderEliminar
  2. Podria ser, tenemos precedentes. Josep Lluis Carod Rovira

    ResponderEliminar
  3. Es la edad es que la mente confusa de un chaval está influenciada por las ideas más peregrinas, y si no hay un buen rollo en casa puede terminar lo misma en una secta que en una banda de atracadores que en un grupo terrorista, y hoy en día todo se agrava con la falta de trabajo para los jóvenes.
    Feliz lunes!

    ResponderEliminar
  4. No conozco la historia del señor Rovira, señor periodista, así que no sé qué decirle.
    A disfrutar del lunes!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Periódico se refiere al político de ERC que en realidad se llama José Luis Pérez Diez, de ahí decir que ha matado a su padre, un Guardia Civil aragonés.

      Eliminar
    2. Ah, entonces no es una muestra de desafecto hacia su padre, sino más bien que ha elegido un "nombre artístico" para su trabajo como político.

      Eliminar