martes, 15 de enero de 2013

Urdangarín, un grano en el culo del Rey.












A la sombra nefasta de Franco se la quitó de encima en cosa de un par de años, y con ella al aberrante Arias Navarro. Al infumable Tejero lo despachó en un plisplás. Son cosas que no saben o no quieren saber los veinte millones de españoles que no votaron la Constitución porque eran muy pequeños o no habían nacido. Vamos, que no vivieron con los cojones de corbata y el corazón lleno de ilusiones. Y ahora le toca sufrir al insufrible Urdangarín, un mamoncete avaricioso que pegó en real braguetazo y se pensó que todo el monte era orégano. Continuará... y seguirá escociendo.













Del hortera con transistor...




...al usuario de "tableta" han pasado cerca de cincuenta años. Toda una vida para los que palman pronto. Recuerdo que se decía "no hay parto sin dolor ni hortera con transistor" El "hortera" iba por la calle con el transistor pegado a la oreja porque no existían los cascos. Años después se puso de moda lo de cargar con un radiocassette enorme como quien carga con una maleta.
Eran otros tiempos, cuando los fines del mundo no los anunciaban los testigos de Jehová, sino los mayas, y lo más parecido al móvil era el "zapatófono" del Super Agente 86. Osea, pura ciencia ficción.






2 comentarios:

  1. Pues un zapatelefono sería un gadget de éxito, como molaria quitarse el zapato para hablar por telefono en el metro hora punta...sobre todo si no te has lavodo los pies en una semana.
    Y lo de Urdangarin no nos engañemos, el oficio se lo enseño el suegro.

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  2. Pues a lo mejor ya hay gente por ahí con zapatófonos!...
    Que tenga un día estupendo, señor periodista!

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