martes, 30 de abril de 2013

1.950 - 1.952 ( y II )



El periodista especializado en fenómenos paranormales, Regino Orihuela, le escuchó con suma atención.
- Oigo la música de un violín desde la cama en donde me estoy muriendo.
- En la radio?
- No, el sonido llega de la calle.

Doña Pilar, ex mujer de Don Martín, estaba muy ofendida por la última "payasada" de su ex marido. La buena de Doña Pilar no acostumbraba a decir palabras feas como "gilipollez", "coño" o "mierda", por eso les llamaba "payasadas" a las cosas absurdas de su ex marido.
Se desahogó por teléfono con su amiga Anunciata:
- Martín siempre ha sido un payaso, pero es que lo de ahora, hija mia, ay, lo de ahora!...
- Pilar, no debes darle tanta importancia, a fin de cuentas ya no sois un matrimonio, hija, porque estás divorciada, no?
- Sí, hija, sí, y bien caro que me costó el divorcio, pero la gente del barrio me mira por la calle, que yo lo noto, Anunciata, lo noto, que todo el mundo sabe que yo estuve casada con ese payaso y algunos me señalan con el dedo, que yo me doy cuenta de todo, y parece que dicen: "mira, ahí va la mujer del payaso ese de la reencarnación" Pero te voy a contar otra cosa: Me he enterado que Juanita, la nieta de Don Hermógenes está enfadadísima, y no es para menos, hija. Mira tú, la pobre mujer tiene que escuchar la majadería esa de que mi ex marido es su difunto abuelo reencarnado.
- Pues sí, hija, sí, no es un plato de buen gusto.

El programa radifónico Dimensión Escondida retransmitió en directo la sesión de "regresión hipnótica" a la que se sometió Don Martín. Cientos de miles de radioescuchas estuvieron muy pendientes de aquel transcendental espacio radiofónico que marcaría un hito en la historia de la radiodifusión española. Los programas televisivos de lechuguinos tirándose desde un trampolín perdieron mucha audiencia ese día.
- Qué estás viendo, Martín? - le preguntó Regino Orihuela.
- Mi mujer, mi mujer... me tiene cogida la mano.
- Qué más?, qué más?...
- Mi hijo, mi nuera... mi nieta Juanita... el cura...
- La habitación... cómo es la habitación, Martín?
- Grande, muy grande... en la pared...
- Qué hay en la pared?
- Un calendario... sí, un calendario grande.
- Ves qué año pone en el calendario?
- Sí, 1.950... 1.950. Me estoy muriendo y es 1.950.

Aquel detalle hizo saltar como un resorte a Doña Juanita. Llamó a la emisora y se presentó como la nieta del difunto aludido. Puso a parir al "embaucador" y anunció que iba a querellarse contra él y contra la emisora por ultrajar el nombre de su abuelo.
- Señora - intentó calmarla el periodista - debe saber usted que está científicamente comprobado que la regresión hipnótica es...
- Váyase usted al pedo, hombre!... Mi abuelo murió en 1.952 y ese hombre recuerda muy bien cómo era mi casa porque subió más de una vez con su madre a visitarnos, que ellos vivían en el primero. Dejen ustedes ya de decir idioteces y de profanar la memoria de mi difunto abuelo, por Dios!...
La abuela Juanita ya no recordaba el calendario de 1.950 que vio la nieta Juanita frente a la cama del moribundo abuelo Hermógenes.
Al día siguiente, Pilar añadió leña al fuego al relatar que su ex marido siempre había hecho "payasadas" de este tipo. Hubo un tiempo, dijo, en que le dio por las "sicofonías de Franco" Engañó a unos cuantos tontorrones hasta que se descubrió que la voz la hacía un amigo suyo que imitaba muy bien al dictador.

Las radios, periódicos y televisiones de pacotilla dejaron de prestar atención a aquel "engañabobos" que les había engañado. Y el pobre Hermógenes-Martín se sintió más triste y solo que nunca.
Decididamente, los reencarnados son unos incomprendidos. Por qué no se crea una asociación de reencarnados para protegerse de estas injusticias?

lunes, 29 de abril de 2013

1.950 - 1.952 ( I )




En aquel feo, gris y vetusto edificio de cuatro plantas se extinguía una vida y estaba a punto de venir al mundo un niño. "Unos que nacen y otros morirarán. La vida sigue igual" La Parca visitaba el cuarto izquierda. Era 1.952 y Don Hermógenes Santander estaba a punto de expirar. Envejecido prematuramente por efecto de la silicosis, daba sus últimas bocanadas de vida mientras le llegaba de la calle el sonido triste y lejano del violín de un mendigo. Su mirada fue nublándose a medida que se borraba de su retina la imagen de un calendario de 1.950 con la imagen enorme de un Sagrado Corazón de Jesús y el anuncio "Conservas de Pescado Viuda de Talledo" que colgaba de un clavo oxidado muy cerca de su cama. Aquel calendario atrasado era como si el tiempo se hubiese detenido antes de tiempo para él, postrado en el lecho del dolor antes incluso de 1.950. Nadie en la familia había tenido la ocurrencia de renovar el calendario porque quizá su subconsciente les decía que el abuelo ya estaba muerto, aunque ocupase un lugar en aquella habitación y aún latiese su frágil corazón.
Y este dejó de latir. Se acabó lo que se daba. Lagrimeó su ya viuda Doña Enriqueta. Suspiró su hijo Luciano, y su nuera, Honoria, puso cara de "no somos nadie" y se abrazó a Doña Enriqueta. Su nieta Juanita permaneció muy seria y un poco atontada, pues ella estaba aún en la edad de imaginarse que estas eran cosas muy raras que sólo les pasaba a la gente muy mayor. Juanita quería que se terminase todo para que la dejasen ir a jugar a la calle. El Padre Veremundo dijo una oración y salpicó al difunto con agua bendita.

En el primero derecha nació un niño porque todavía había muchas mujeres que parían en casa, y le pusieron de nombre Martín porque ese era el santo del día: San Martín de Tours, 11 de Noviembre. Frío y gris Noviembre de 1.952, triste como la música del violín del mendigo.

Sesenta años después

Años de crisis, de pérdida de ilusiones, de políticos tramposos, de odio de los pobres hacia los ricos... ( Seis millones de parados en España! )
En 2.013 también había lugar para las creencias sectarias, cimentadas en todo tipo de supersticiones ancestrales e influenciadas por las sectas apocalípticas. El mundo no se había acabado en Diciembrede 2.012, pero seguían funcionando muy bien todas las chuminadas agoreras, cuentos de alienígenas destructivos, amenazadoras apariciones marianas y demás comecocos para crédulos. El negocio de engañar a los ignorantes nunca dejó de ser rentable en este mundo de listos y tontos. Y en algunos medios de difusión de gilipolleces semejantes les vino que ni caído del cielo aquel hombrecillo que decía ser la reencarnación de otro que falleció en su mismo edificio. Don Martín Sangüesa comenzó a tener "revelaciones" de su otra vida cuando ya empezaba a peinar canas y vivía solo porque su mujer y sus hijos habían terminado muy hartos de él.

El periodista especializado en fenómenos paranormales, Regino Orihuela, les escuchaba con suma atención.
- Oigo la música de un violín desde la cama en donde me estoy muriendo.
- En la radio?
- No, el sonido llega de la calle.

( Continuará )

sábado, 27 de abril de 2013

Díficil de entender




La mayoría de la gente pretendía mostrarse feliz, estúpidamente feliz!... Todos tenían expresiones de idiotas y hacían continuas idioteces, a cada cual más espectacularmente idiota; gritaban tonterías, reían como locos de atar, mostraban sus dientes amarillentos o vomitaban en medio de aquel recinto de locos.
El tren no llevaba a ninguna parte, daba vueltas sin sentido, entrando y saliendo una y otra vez en el mismo tunel.
Jamás vio tantos borrachos juntos, tantos niños babeando, tantas mujeres pintarrajeadas como furcias, tantos adolescentes mongoloides...
Aquella rueda gigante se elevaba al cielo pero no llevaba a ninguna parte, era algo tan absurdo como el tren que daba vueltas por un tunel circular. Y por qué los viajeros del tren absurdo se mostraban tan histéricos ante aquel individuo disfrazado de espantajo que simulaba pegarles escobazos?... Y para qué mierda servían aquellos automóviles pequeñitos que chocaban una y otra vez y en los cuales la gente también se reía como si estuviesen drogados o idiotizados?... Qué placer o felicidad demencial les procuraban aquellos espejos que distorsionaban grotescamente sus imágenes?... Qué sentido tenía gastarse el dinero en viajar en máquinas espantosas que les agitaban convulsivamente muy por encima de tierra firme hasta hacerles sentirse aterrorizados?... Qué mensaje diabólico trataba de transmitir aquel individuo repelente cuya voz amplificada repetía una y otra vez no sé qué gilipollez acerca de un "perrito piloto" y una "muñeca chochona"?... Por qué cargaban aquellos adultos patéticos con osos grandes de peluche?... Qué razón había para tanta locura de sirenas, luces destelleantes giratorias, ingesta desaforada de alcohol y comida basura, peleas de jóvenes o viejos, niños extraviados, vidrios rotos, nubes de humo de tabaco, olor a frituras y a vinos, robos de bolsos y carteras, suciedad, imbecilidad, ridiculez...?
Decididamente, no entendía nada, pero nada de nada. El no era de este mundo.




viernes, 26 de abril de 2013

El último cigarrillo

  

Se juró a sí mismo no volver a fumar en su vida. El tabaco había sido la causa de su perdición, de muchas de sus perdiciones. Por culpa del maldito vicio se fue al traste su matrimonio. A su esposa, Florita, la había dado por no fumar, por practicar deporte - corría todos los días varios kilómetros - y por la comida vegetariana. Tuvieron muchas discusiones debido al olor fuerte a tabaco de él en sus ropas y en algunos rincones de la casa. Finalmente Florita se enrolló con su profesor de yoga, un no fumador, por supuesto.
Por culpa del "jodido tabaco", que así se había acostumbrado a llamarlo, tenía una tos horrible por las mañanas, le miraban mal en muchos sitios, pasaba frío en Invierno al salir a fumar fuera de la oficina... En fin, un montón de inconvenientes, sin contar con que sus pulmones debían estar más negros que una sotana.
Y le dio por pensar mucho, pensó en lo bien que estaría en un espectáculo o en un transporte público sin preocuparse del "mono" ( el avión a Manchester le suponía el "duro sacrificio" de pasarse dos horas y media sin fumar ) pensó en lo feliz que podría sentirse durante una larga comida en un buen restaurante sin compartirla con el "jodido tabaco" Pensó, pensó... y pasó a la acción.
Se lo anunció solemnemente a sus compañeros de oficina, que esto de dejar el tabaco suele hacerse solemnemente:
"Veis esta cajetilla de Ducados?..., pues me la acabo de comprar y va a ser el último tabaco que  fume en mi vida. Me voy a fumar diecinueve de los veinte cigarrillos, el último lo dejaré en el bolsillo interior de mi chaqueta, junto a un mechero. Será mi tentación de todos los días mientras me dure el "mono"
Como suele ocurrir en estos casos, hubo frases de ánimo por parte de los no fumadores y cachondeítos por parte de los nicotinosos empedernidos.
Y pasó sólo un día hasta que Rubén Rocagorda ( ya es hora de que diga el nombre ) agotó los 19 "últimos cigarrillos de su vida" Y, tal y como lo anunció, guardó en el bolsillo interior de su americana la cajetilla, que era de las duras, con el pitillo huérfano y el encendedor chino de un euro.
Y pasaron los minutos, las horas, los días... Al principio se le hizo muy cuesta arriba, pero a medida que se acercaba a las dos semanas sin fumar, su voluntad se sentía más fortalecida y aumentaba su confianza en en el triunfo.
"Ya está, lo logre!, no tengo ninguna gana de fumar" Dejó la cajetilla con su cigarrillo y el encendedor en un banco de la calle y se alejó más contento que unas pascuas, respirando aire puro y felicidad. (Bueno, lo del aire puro no se crean del todo, amigos lectores, que la historia se desarrolla en una gran ciudad )
Apareció Rodrigo "El Rata", mendigo muy fumador que alternaba las colillas encontradas en el suelo con las de los ceniceros de arena de las puertas de El Corte Inglés. ( Estas últimas eran con frecuencia más largas, a veces cigarrillos recién empezados )
Se alegraron los ojillos del Rata ante el feliz descubrimiento. "Joder, un truja entero y un chisquero para darle lumbre!"
Y más feliz que Carpanta zampándose un pollo, se sentó en el banco a aspirar el delicioso humillo del ducados. "Fumar es un placer genial, sensual... Qué razón tenías, Sara!"

jueves, 25 de abril de 2013

El crucigrama.



Era uno de sus muchos placeres inconfesables: resolver crucigramas sentado en el trono de Roca, acompañándose de un bocadillo pantagruélico de anchoas en aceite con tomate o de tortilla de patatas con mahonesa, mientras dejaba caer gotas de aceite y de su sudor o trozos de tortilla que se le escapaban de la boca sobre sus elefantiacas piernas.
Para la obesidad mórbida de Rogelio, que andaba por los ciento veinte kilos, la taza del retrete era diminuta, pero él se apañaba bien, e incluso había días que se sentía inspirado y culminaba la sesión con una pajilla.

"Morir, terminarse algo", ni puta idea!
Se le estaba atascando el crucigrama. Ya tenía casi acabado el bocadillo y había concluído el vaciado de su cuerpo, pero le quedaban muchos cuadritos del crucigrama sin rellenar.
"Morir, terminarse algo"
Esta era una horizontal. Echó de nuevo un vistazo a las verticales: "Hierba forrajera de los prados que se utiliza para alimentar al ganado" Como ya tenía las dos última letras, NO, le fue fácil dar con la palabra: HENO.
"Yupi!, ya cuento con una N para "morir, terminarse algo"
Miró otra vertical: "Caja para guardar dinero o cosas de valor" Tenía la primera letra, la C.
"Guau, qué potra, ya está, COFRE!
Así que ahora contaba con la F que daba principio a "morirse, terminarse algo" Contaba con la F inicial y con NE.
"Bieeeen, ya lo tengo, FENECER!!... Fenecer, fenecer, fenecer...!!, Ja, ja, ja!!
Y de pronto le llegó el temido infarto, un infarto que le dejó sentado en el trono hasta tres días más tarde, cuando sus familiares decidieron entrar en la casa porque ya se barruntaban lo peor.
Rogelio feneció con el infinitivo fenecer en la boca, después de muchos años de desoír las advertencias de los médicos en lo referente a su salud.

miércoles, 24 de abril de 2013

La última voluntad



- Venga, suéltalo ya, mamá, que tengo prisa, voy a llegar tarde al trabajo.
- Lo que te voy a decir es importantísimo y me cuesta mucho decírtelo, pero las circunstancias...
- Mamá, esta introducción ya me la has repetido dos veces. Puedes esperar a la noche, cuando vuelva?
- No, tiene que ser ahora mismo, a la noche podría ser tarde.
- Pues venga, dilo ya!
-Siéntate, hijo mio, que la cosa es para sentarse.
- Vale, me siento. Jo, qué pesada estas. Venga, dilo ya!
- Hijo mio, tu difunto padre, que en paz descanse, no era tu padre verdadero, osea, el biológico.
- Qué?!
- Tu padre es Don Eduardo.
- Venga, mamá, estás delirando!
- Yo no quería decírtelo, pero él insiste en hablarte y en pedirte perdón por no haber tenido el valor de decírtelo antes. Ya sabes que se está muriendo.
- Joder, esto es kafkiano, mamá, Don Eduardo mi padre!... Y me lo dices ahora que tengo 38 años.
- Yo no quería decírtelo nunca, pero él ha insistido. Es la última voluntad de un hombre que se está muriendo. Tienes que ir a verle y que sea lo que Dios quiera. ( Suena el teléfono) Ya lo cojo yo. Sí, dígame... Vaya, pues... pues lo siento mucho. Gracias por llamar. ( Pausa. Mirada de circunstancias a su hijo ) Olvídalo todo, me han llamado para decirme que acaba de morir.
- Mamá...
- Qué, hijo?
- Cómo es que te lo hiciste con un cura?
- No seas grosero que te pego una bofetada!

martes, 23 de abril de 2013

Cumpleaños en Manhattan



- Te quiero mucho, cariño.
- Y yo a ti.
- Está cerca el monstruo de tu jefe? je, je!
- No estoy en la oficina, he vuelto a casa porque no me encontraba bien.
- Eh?!
- No, no te alarmes, sólo es un resfriado. Me he echado en la cama. Si luego sigo encontrándome mal pediré cita con el Doctor Maxwell. Oh, qué tonta!...
- Qué pasa?
- Me he dejado la agenda en la oficina. Tengo que ir a por ella.
- Pero, cari, no tienes los teléfonos registrados en el móvil?
- Todos no, y hay algunos que necesito, el del doctor, el de la nueva guardería de Debbie... Mira, estoy casi vestida, en diez minutos llego a la oficina, está muy cerca.
- Y otros diez minutos para volver... puede ser fatal para tu resfriado. Además, con tanto ir y venir no se van a creer que estás enferma. Mira, cuando salga yo del banco paso por tu oficina a por esa agenda, OK?
- Eres un cielo, Peter.
- Y tú el Paraíso Celestial entero.
- Je, je, je, je, je!

Quince minutos después.

- Oh, Peter, me has despertado, qué quieres?
- Cariño, me dijiste que en diez minutos llegabas a la oficina, no?
- Sí, a qué viene eso ahora?
- Es decir, en este momento estarías allí.
- Pues... - consultó el reloj de la mesilla - Sí, efectivamente, ya habría llegado a la oficina. Quieres explicarme qué juego es este?
- Alice, te dije que iba a quererte siempre. Alice, nos vamos a querer siempre!
- Peter, por Dios, qué te ocurre?... Estás llorando?... Peter, estás ahí?!... Contesta!
- Alice... pon la televisión.

Vio en directo desmoronarse las Torres Gemelas.
Su oficina!
Perdió definitivamente la agenda de teléfonos.
Varios miles de personas perdieron la vida.
Estados Unidos invadió Afganistán e Irak.
En Guantánamo se sigue torturando a la gente.
Y cada 11 de Septiembre Alice y Peter celebran el cumpleaños de ella.

lunes, 22 de abril de 2013

Hundido!



Hiro Tanaka puso la proa de su avión en dirección al barco de guerra americano. Tras el descenso en picado se estrellaría contra el buque y... adios, mundo cruel!, un mártir más al servicio del Divino Emperador.
Rugió el motor del avioncillo y fue ampliándose ante sus ojos la imagen gris del navío acorazado yankee. Unos segundos más y el mundo dejaría de existir para el glorioso kamikaze Tanaka.
Y la imagen de su novia Kiko apareció de pronto ante él, como si esta le reclamase para sí. "Oh, mi querido Hiro, somos jóvenes, muy jóvenes!... Bien puede el Emperador prescindir de uno de sus mártires"
Corrigió el rumbo del aparato y este pasó sobre el barco casi rozándole, alejándose al momento de la amenaza americana.
"Y ahora qué hago?... Mi vida corre peligro tanto en manos de mis enemigos como de mis paisanos. No tengo a donde ir"
No, no tenía a donde ir porque el depósito de gasolina acababa de agotarse. Y el Oceáno Pacífico no tuvo ningún inconveniente en tragárselo.

sábado, 20 de abril de 2013

Mártir circense.



El era una de las grandes atracciones de aquel circo: "El Gran Mago Constantino", así se hacía llamar, aunque su nombre verdadero sonaba más sencillo: José Miguel.
El público quedaba admirado con los portentosos números de magia del incomparable Gran Constantino. Hacía desaparecer a una mujer y en su lugar aparecía un tigre de fiero aspecto. O viceversa. Otras veces era el tigre el que desaparecía y su lugar venía a ocuparlo una bellísima señorita, que en realidad era su hija mayor: Paqui.
Pero había algo que desconcertaba al público. Mejor dicho, tres cosas llamaban la atención de los espectadores, causando el desagrado o la inquietud de muchos de ellos. El Gran Constantino, José Miguel, cojeaba visiblemente, le faltaba el brazo izquierdo y se cubría la cara con un pasamontañas, como los terroristas.
El buen hombre, próximo a cumplir los cincuenta años, lo había sido casi todo bajo la carpa del circo. De jovencito empezó haciendo malabares, y tuvo la desgracia de quemarse la cara cuando estaba realizando un arriesgado número de fuego.
A partir de este momento actuó con todo tipo de máscaras. En sus tiempos de trapecista, un día en el que realizaba el triple salto mortal sin red, se cayó y se rompió una pierna. De ahí la cojera que le acompañaría toda su vida.
Imposibilitado para el trapecio, se dedicó a la doma de fieras, y también en esto le acompañó la desgracia: la leona Bumba le arrancó el brazo de un zarpazo.






El era el Gran Constantino, José Miguel, una de las grandes atracciones del circo, un mago formidable. Lo era porque ya no está con nosotros. El tigre que aparecía en uno de sus números de magia, se mosqueó en una función y lo mandó para el otro barrio.
Descanse en paz y que continúe el espectáculo.

viernes, 19 de abril de 2013

El indeseable compañero de viaje ( y II )



- Ji, ji, ji!... Se acabó el meneíto, eh? - Le escupió el gordo entre "perdigonazos" de saliva.
Y en ese momento ocurrió algo fatídico. La sorpresa fue mayúscula, terrible!... Un comando terrorista se apoderó del avión y de las vidas de todos los que viajaban en él. De pronto se encontraban en manos de peligrosos fanáticos, de los más peligrosos entre todos los peligrosos!
"El zarandeo escalofriante del avión, el gordo repugnante y ahora los terroristas... Qué más se puede pedir por el precio de un billete?" - mascullaron las neuronas mortificadas de Don Augusto Borrajas, un mal bicho convertido ahora en un bicho sufridor.
Los miembros del comando "Siervos Fieles del Profeta", un segmento de la más que terrible Al Qaeda, estaban armados hasta los dientes, cosa que les fue posible gracias a la colaboración de varios individuos de la compañía aérea que formaban parte de una "célula dormida" de la organización.



Uno de los agresores se dirigió al pasaje en un tono fingidamente cordial que no disimulaba su prepotencia y odio:
- No les va a pasar nada si se están callados y quietos en sus asientos, pero cualquier intento de rebelión será atajado inmediatamente por la fuerza.
Otro terrorista hablaba desde la cabina del avión con la autoridad militar del país sobre el que estaban volando.
- No admitimos ningún intermediario. Queremos hablar directamente con Barack Obama, así que déjense de tonterías porque peligran las vidas de más de doscientos pasajeros.

Augusto Borrajas pudo levantarse sin dificultad de su asiento. Afortunadamente, el cerdo estaba en la parte de la ventanilla.
- A dónde va usted, que lo van a matar! - le dijo el seboso alarmado, y a Augusto le provocó un pequeño placer que fuese ahora el grasiento hijoputa el que estuviese pasando miedo.
Avanzó unos pocos pasos por el pasillo y al momento se encontró con el cañón de un kalashnikov apuntándole a la barriga.
- Eh, a dónde va usted?!
- Quiero hablar en privado con ustedes, tengo una importante información que darles.
Uno de los terroristas le condujo hasta el pequeño reservado de las azafatas ( dos de las cuales habían sido amordazadas y atadas a sus asientos ) mientras otro se quedaba vigilando a los pasajeros. El resto estaba en la cabina de mando.
- Hable!
- Verá, yo no soy musulmán pero simpatizo con ustedes y...
- Hable de una vez!
- El caballero obeso que ocupa el asiento de ventanilla al lado del mio es un agente de la CIA. Además, me consta que ha participado como torturador en Guantánamo. Me lo han contado todo.
- Ajá, esta sí es una buena información, hermano!
- Y no vea usted los insultos que le dedica a Mahoma, no tiene ningún respeto por lo más sagrado.


Unos minutos después

- Sí, soy Barack Obama. Qué piden ustedes?
- Queremos que liberen a todos los presos de Guantánamo y a otros hermanos de nuestra fe que están encarcelados en América. Queremos que los liberen inmediatamente!... No trate de engañarnos para ganar tiempo porque será peor para los pasajeros. Vamos a aterrizar en Siria, así que olvídense de utilizar cualquier artimaña.
- Quienes son ustedes?
- Somos los Siervos Fieles del Profeta. Y, por si le sirve de advertencia le diré que ya nos hemos cargado al gordo de la CIA.
- A quién?
- Al puerco infiel que torturó a nuestros hermanos en Guantánamo, al jalufo que parió una marrana sarnosa!...

Don Augusto Borrajas se sentía feliz volando sin la compañía del mantecón hijo de puta, como si la amenaza terrorista allí presente fuese una tontería en comparación con la amenaza porcina de la que se acababa de librar.
Observó por la ventanilla que se acercaban al avión dos cazabombarderos. Dieron una pasada rápida y los perdió de vista, pero le dio tiempo para distinguir en su fuselaje las siglas USA y la bandera de las barras y estrellas. Y estas fueron las últimas imágenes que vio en su vida. Los cazas habían tomado posición detrás del avión secuestrado y dispararon un par de certeros misiles que lo fulminaron.





Versión oficial.

Seguimos sin rastro del avión de la compañía Emirate Airlain cuya pista fue perdida por los rádares cuando volaba sobre el Mar Rojo.
Existen fundadas sospechas de que se trate de un atentado terrorista realizado con la autoinmolación de sus autores, un grupo filial de Al Qaeda que se hace llamar "Siervos Fieles del Profeta"