jueves, 28 de febrero de 2013

El meteorito



Llevaba varios días obsesionado con el tema. Los expertos decían que el número de posibilidades de que nos cayese encima un meteorito eran mínimas, pero hacía muy pocos días que el mundo había tenido constancia de dos de ellos; uno pasó "rozándonos", a 27.000 kilómetros de nuestras cabezas, por debajo incluso de los satélites de comunicación, y otro impactó en Rusia causando muchísimos heridos por efecto de la onda expansiva.

Don Licinio se sentía anonadado ante la negra perspectiva de que cualquier día de estos le cayese encima un pedrusco estelar. El buen hombre distraía su vida de jubilado en la contemplación del cielo, sentando en una silla de plástico en el balcón de su casa, o apoyado en la barandilla. Ni siquiera prestaba atención al periódico y rechazaba ser importunado por sus nietos o el gato. Y cierto día tales negros presagios se cumplieron... al menos en parte.

Horrorizado vio "algo" que se dirigía a tierra a una velocidad vertiginosa. Siguió con la mirada el descenso del "objeto" hasta verlo estrellarse en el parque público de enfrente de su casa, junto al estanque de los patos. Cayó justo al lado de tres mujeres que gritaron horrorizadas; a una de ellas la tuvieron que atender por un ataque de ansiedad, y la cosa no era para menos.

Los medios de comunicación se hicieron eco del suceso: "Muere un paracaidista al estrellarse contra el suelo porque no se le abrió el paracaídas"; "Sebastian Horcajuelo, de 35 años, pereció ayer al impactar su cuerpo en un paseo del parque Virgen del Amor Hermoso. Este paracaidista participaba en una exhibición de la BRIPAC ( Brigada Paracaidista ) cuyos miembros saltaban sobre el Colegio Público Marqués de Valdivieso por una causa benéfica"

Don Licinio murió dos días después, atormentado ante la idea de que sus seres queridos y el gato falleciesen por efecto de la onda expansiva del "meteorito" Su precaria salud mental no le permitió asimilar la realidad del suceso.

miércoles, 27 de febrero de 2013

La lagrimita



Estoy seguro de que no ocurrió así, pero queda muy bien para una ficción humorística.

Hoy es 20 de Noviembre de 1.975 y nos encontramos en un estudio de Televisión Española en Prado del Rey, y con nosotros un ilustrísimo visitante: El Presidente del Gobierno Español, Excelentísimo Señor Don Carlos Arias Navarro.


- Españoles..., Franco... ha muerto!
- Corten!
El realizador se acerca con el debido respeto al señor Arias Navarro.
- Muy bien, señor, la entonación perfecta y muy bueno lo de la voz quebrada al final de la frase, todo un soberbio golpe de efecto!... Pero nos ha faltado la lagrimita.
- Ya, ya... yo entro en la situación, pero... mecachis!, lograr la perfección absoluta es muy difícil. Sólo era perfecto El.
Y dirigió su lánguida mirada al cielo.
- Me atrevo a sugerirle una solución, señor. Podría ponerle nuestra maquilladora una lagrimita falsa, así nos ahorramos muchas tomas, y a fin de cuentas los españoles van a entender que usted está profundamente apenado por la muerte del Generalísimo.
- De eso no le quepa la menor duda. Bien, pues acepto su consejo.
- Matilde!... Ponle una lagrimita al Señor Presidente!... Usted lo vuelve a hacer como antes, Don Carlos, y, en cuanto empecemos a grabar, la lagrimita rodará por su mejilla.
- Que sea la voluntad del Señor.
- Atención, señores, luces, sonido!... Grabamos!
- Españoles..., Franco... ha muerto.
- Corten!... Perfecto, Don Carlos, perfecto.
- No, no, perfecto sólo era El.




martes, 26 de febrero de 2013

Atraco imperfecto



Estaba mucho más nervioso de lo recomendable. Sabido es que los nervios son muy difíciles de controlar.
Ahora, a punto de hacerlo, empezaba a arrepentirse. Por qué diantres había hecho caso a esta gente tan poco de fiar?... "Si lo haces bien ganarás dinero, muchacho", le dijeron . Ese era el problema, la puta crisis le había empujado a aceptar tan vil trabajo. Qué diría su difunto padre, el muy ilustre notario, si levantase la cabeza?...
"A la mierda, tengo que hacerlo!" Entró en el banco y gritó con todas sus fuerzas:
- Todo el mundo al suelo, esto es un atraco!
De pronto notó que le faltaba algo, y lo más raro: algunos de los clientes del banco no se habían echado al suelo, y un par de ellos le miraban con todo descaro. Hasta que uno se rió y contagió a los demás.
- Corten!... - gritó el director con evidente cabreo - Eres la leche, tío, cómo se te ocurre atracar un banco sin pistola?... A ver, la script, el utilero, quien sea, que le den a este tío una pistola, que ya nos ha jodido una toma.

lunes, 25 de febrero de 2013

El secreto del Padre Amalio



El padre Amalio se sorprendió cuando, al acercarse al confesionario, vio que había un hombre esperándole para confesarse. No era normal en estos tiempos. Su "clientela" habitual la formaban niños de las catequesis y señoras mayores, las típicas "beatas", y los niños ya empezaban a escasear.
Se fijó en que el hombre, además, era joven, no pasaría de los veinticinco años, más raro todavía.
Cuando se hubo acomodado en su sagrado receptáculo, el joven se acercó. No dijo nada. El sacerdote esperaba el obligado "Ave María Purísima", pero el penitente permanecía mudo. Decidió no dar importancia a la cosa y pasó a la pregunta de rigor:
- Qué pecados tienes, hijo?
- El pecador eres tú, hijo de puta!
Se quedó helado. "Dios mio, un loco!"
Pero no era un loco.
- Mírame bien a la cara, mírame!... Carlitos, doce años, Carlitos!... Yo era Carlitos... y tú eres el pedófilo que abusaba de mi todos los días!
- Perdón, hijo!... Perdón!, perdón!, perdón!...
Un puño duro como el hierro se estrelló contra su rostro rompiéndole el tabique nasal y provocando un chorretón de sangre. Seguidamente escuchó el chasquido de una navaja automática al abrirse.
- No me mates, por Dios, no me mates!
- No, si no te voy a matar, no te voy a dar el gustazo. Vas a vivir lo que te quede de vida con remordimientos de conciencia y sufriendo por la putada que voy a hacerte.

El padre Amalio jamás reveló quién era el culpable de su desorejamiento y porqué lo había hecho. En el pueblo hubo muchas especulaciones y algunas no anduvieron muy descaminadas, pero el atribulado ministro del Señor se llevó su secreto a la tumba... y quizá al Infierno.




sábado, 23 de febrero de 2013

Adolescencia en el Salvaje Oeste.



La vida era muy dura para aquellos pioneros. En las vastas praderas del Oeste los colonos se enfrentaban a numerosos peligros, pero sólo unos pocos hombres duros eran capaces de plantar cara a las adversidades imponiendo la ley... y la horca.





Tim Barrow era uno de esos peligros. Su audacia no tenía límites y en pocos años había logrado sembrar el terror entre los cohibidos granjeros de Bright City, víctimas todos ellos de los robos de ganado.
Tim era el cabecilla de la banda de cuatreros más temida y hasta se atrevía a pasar por el pueblo galopando y pegando tiros al aire, desafiando con sus fanfarronadas a la autoridad del sheriff.




Educar a los adolescentes tampoco era fácil para los colonos. El conflicto generacional ha existido y existirá en todas las épocas y sociedades, pero este se acentúa cuando el muchacho toma como referencia a un personaje nada recomendable. Y el ídolo de Kevin Smith era Tim Barrow.
Cierto día cometió la insensatez de declarar su admiración por el cuatrero, estando presente su padre.
- De mayor quiero ser como Tim Barrow, bang!, bang!... - Y simuló los disparos cerrando un ojo y flexionando el dedo índice en el gatillo de un invisible revólver.
Su padre le dio una sonora bofetada que lo dejó tumbado. Catorce años tenía solamente y ese día empezó a odiar al hombre que controlaba su vida.






Harold Smith detuvo la galopada al llegar a su rancho, pero no se bajó del caballo.
- Kevin! - Gritó, mirando hacia la casa.
El muchacho abrió la puerta y observó a su padre con desdén.
- Ensilla tu caballo y sígueme, rápido!
- He quedado con la señora Baxter para pintar la puerta de su establo.
- He dicho que me sigas.



Diez minutos después, tras un intenso galope, llegaron a un recodo del Río Grande, cuya ribera izquierda se prolongaba hasta un pequeño bosque de hayas.
Harold se bajó del caballo y ordenó a su hijo que hiciese lo mismo.
Ambos, tirando de la brida de sus caballos, se fueron acercando a los árboles. De pronto, el joven Kevin vio algo que le estremeció. Bajo una gruesa rama colgaba un guiñapo humano, un cuerpo que no mucho antes había estado caliente, con su sangre circulando por las venas, el corazón latiendo y el dedo índice oprimiendo el gatillo de un revólver.
- Es Tim Barrow - Musitó el adolescente temblando, pálido, estupefacto...
- Sí. Mejor dicho, "era" Tim Barrow.
- Quién lo ha hecho? - Preguntó sin mirar directamente a su padre.
- Quién crees tú que ha podido ser?... Ja, ja, ja!... Desde luego, el sheriff y sus hombres. Es la Ley, Kevin, la Ley!
Y dicho esto, montó en su caballo e inició la galopada sin esperar al muchacho.
Los ojos de Kevin no podían apartarse del rostro del ahorcado. El sheriff Harold Smith era el autor de aquello. Su propio padre había ahorcado a Tim Barrow!



Iba a ser Harold Smith a partir de ahora el ídolo de Kevin Smith?... O incrementaría su odio hacia él hasta el punto de llegar a matarlo en venganza por la muerte de Tim Barrow?...
Nadie es capaz de entender como fabrica sus afectos y desafectos esa máquina imperfecta que es el cerebro de un adolescente. Y mucho menos en el Salvaje Oeste.

viernes, 22 de febrero de 2013

Lios medievales






- Estoy desolado, Don Belfo.
- Pardiez, qué os ocurre, Don Ordoño?
- Sabido he que la muy putona de mi señora púsome los cuernos mientras estuve combatiendo en la Santa Cruzada.
- Y habéislos matado a ambos?
- Oh, eso quisierade yo, más se han fugado a otro reino.
- Pero decidme, Don Ordoño, vuestra señora no llevaba puesto un cinturón de castidad en vuestra ausencia?
- Voto a Brios!, el muy fijo de puta de su amante es el cerrajero!







Letrillas Indecentes

El marido de Gaudencia
la engaña con Don Armando,
pues ambos tienen querencia
por el pecado nefando.



Raimundo de Tomelloso
disfruta de la Cruzada
si un sarraceno vicioso
le hace una buena mamada.



Cien veces grande España
es la Marquesa Canuta
y el Conde de Carabaña
es hijo de la gran puta.

jueves, 21 de febrero de 2013

Hay algún médico en la sala?



La voz reclamó ayuda con la máxima urgencia.
- Hay algún médico en la sala?!... Por favor, esto es un amago de infarto!
El joven deoctor Serafín Galloso, que había ido a ver la función con su novia Irene, no dudó un segundo en prestar su ayuda a aquel actor en peligro de muerte.
La representación se había interrumpido y todo el elenco de actores, con sus rostros llenos de estupor, miraban al compañero sufriente.
El doctor Galloso corrió por el pasillo central hasta llegar a la pequeña escalera que comunicaba con el proscenio. Pero en el instante en que iba a poner un pie en la escalera, alguien tiró con fuerza de su chaqueta.
- Apártese, soy el médico! - Gritó el hombre sin dejar de aferrarse a su chaqueta, ante el estupor lógico del joven galeno.
- Oiga, yo también soy médico. - Protestó airado el Doctor Galloso.
- Apártate, coño. - Dijo en voz más bajita su colega.
Empezaron a escucharse carcajadas que llegaban desde varios puntos de la platea y desde algunos palcos.
"Pero cómo es posible que se rían" - Pensó angustiado el joven Serafín Galloso. Faltaban sólo unos segundos para que se enterase de que estaba haciendo el mayor ridículo de su vida. Se percató de la situación cuando vio que algunos actores también habían empezado a reirse. Qué más daba, si a fin de cuentas aquel intruso ya les había estropeado la escena!
El médico que intentó bloquearle era un médico de pega, osea, un actor. El otro actor no sufría un infarto, lo sufría su personaje. El público que reía lo formaban espectadores que conocían la función de sobra, pues esta llevaba un largo tiempo en la cartelera.
- Ay, Serafín, en que jaleo te has metido! - Le dijo su novia Irene con una reconfortadora sonrisa en los labios, aunque estaba más colorada que un tomate.

( Basado en un hecho real sucedido durante una función de teatro de aficionados en mi pueblo )

miércoles, 20 de febrero de 2013

Pasado, presente y futuro en en el armario.



Estrellita se sentía muy ilusionada y Pascual muy nervioso. La parejita ya eran novios formales, como se decía antes.
Ya estaban llegando a casa de ella. Estrellita iba a presentar a Pascual a sus padres, iban a "oficializar" el noviazgo. Para Pascual era un mal trago porque había llevado una vida disoluta hasta entonces y raramente se relacionaba con gente convencional. Estrellita ignoraba el pasado disoluto de su novio.

Mariano y Concha esperaban a la parejita viendo en la tele un programa de cotilleos.
- Uy, mira, Mariano, es el niño de Shakira y Piqué, qué monada!... Verás que pronto nuestro hija nos da un nieto tan guapo como este.
- Mujer, si sólo son novios.
Sonó el telefonillo.
- Esos son ellos!
- Pero Estrellita no tiene llave del portal?
- Es igual, tu hija siempre llama, como está acostumbrada a que la abramos desde que era una niña...
- Mamá, soy yo!... Bueno, somos nosotros!
- Te abro, hija, te abro!... Ya suben, Mariano.
Dos minutos después entraban en la casa Estrellita y Pascual. La enamorada exclamó jubilosa:
- Mamá, papá, os presento a mi novio Pascual!
De pronto Mariano se puso pálido. Quedó inmóvil como una estatua. Daba la impresión de que estaba sufriendo un amago de infarto.
- Mariano, Mariano, qué te pasa?!... Ay, Dios, no nos asustes, Mariano!
- Papá, papá, qué te ocurre?!
- Ya está, ya... ya se me está pasando. Ha sido... no sé, algo que me ha sentado mal de la comida.
- Pero si no hemos comido todavía, Mariano.
A Mariano le había sentado mal la presencia de Pascual, la inesperada presencia de este joven "muy conocido"

Retrocedamos dos años.

Pascual es un "chapero" - prostituto de hombres - y Mariano un "bujarrón" - bisexual promiscuo - y ambos se suelen encontrar para sus prácticas sexuales cuando a Mariano le apetece, que por algo es el que paga.

Volvamos al presente.

Concha y Estrellita no le han dado importancia al hecho de que Pascual se haya puesto colorado y sudoroso. Las mujeres lo atribuyen a la timidez del muchacho y a la situación tensa originada por su futuro suegro.
Los siguientes cuarenta y cinco minutos transcurren entre el parloteo de madre e hija y el esfuerzo por guardar las apariencias de los dos varones.

Viajemos al futuro.

Ya han transcurrido cinco años desde el día en que Pascual fue presentado a los padres de Estrellita. La joven pareja son orgullosos papás de dos niños muy guapos que se llaman Mariano y Pascual.
Concha y Mariano, Estrellita y Pascual son gente feliz... mientras no se abra la puerta del armario.

martes, 19 de febrero de 2013

Basado en hechos reales.




La mujer se acercaba peligrosamente al grupo de soldados. El velaba desde su posición de francotirador por la integridad de sus compañeros. La observó a través de la mirilla telescópica de su rifle. Era una joven de no más de dieciseis años y llevaba en sus brazos un bebé. Lo llevaba en un brazo!... Con la mano libre se sacó de la ropa una granada de mano y... El hombre no tuvo que pensarlo, simplemente apretó el gatillo. Nunca fallaba y esta vez tampoco.





Lo que había sido hace un momento Walter Smith, un cuerpo humano vigoroso sosteniendo un cerebro bien dotado, era ahora un amasijo de vísceras, sangre y huesos. Así lo había dejado el maldito obús. A su compañero más próximo en la trinchera aún le sonaban las últimas palabras del muerto, pronunciadas tan sólo unos segundos antes: "Oye, Peter, sabes que voy a hacer cuando termine esta puta guerra?"

lunes, 18 de febrero de 2013

La venganza del enano







La pequeña figura se movía sigilosamente entre las caravanas del circo. Acceder al recinto acotado de los nómadas faránduleros no le había sido difícil, era su antiguo habitat y sabía muy bien por dónde se movía. Ahora debía encontrar la caravana de Ponciana y que ninguno de los circenses detectasen su presencia.
Un viento del norte movía a su antojo las nubes desgarradas, ocultando y volviendo a mostrar el tenue resplandor de una luna nueva.
Rugió un poco un león viejo y ladró durante un rato un perrillo pekinés, pero nadie salió de sus roulottes. La noche seguía en calma. A Ferdinando sólo le preocupaba una cosa: que Ponciana hubiese vendido su vieja y desvencijada roulotte y ahora durmiese en otra casa rodante. Pero no fue así, hubo suerte, allí estaba la roulotte de la traidora!

Golpeó varias veces la chapa de la roulotte por la parte opuesta a la puerta y aguardó a la reacción de su enemiga. Ponciana, la mujer barbuda, salió furiosa de la vivienda, intentando descubrir el origen de los ruídos. Y mientras rodeaba la caravana por un lado, Ferdinando hacía lo propio por el otro. El enano se coló en la casucha ambulante y esperó a su víctima oculto debajo de la cama. Cuando Ponciana entró en la vivienda, estaba más furiosa que antes, pensando en que alguien le había gastado una maldita broma. Se metió en la cama y confió en que el sueño la llegase pronto. Qué lejos estaba de saber que este iba a ser su sueño eterno!

La venganza del enano no se hizo esperar. Salió de su escondrijo y trepó a la cama. Echando mano a una de las almohadas ( sabía que Ponciana era "almohadadicta", aficionada a rodearse de almohadas ) se la puso sobre la cara y apretó con fuerza.  El enano Ferdinando era muy fuerte porque había practicado halterofilia toda su vida. En los primeros segundos, Ponciana intentó desembarazarse de su agresor, pero todo fue en vano. El enano vengativo la recordó en motivo de su venganza: "Chivata de mierda!, traidora!, mereces morir y por eso te estoy matando!"
Y murió asfixiada. El forense dictaminó parada cardiaca. "Muerte natural" dijo.








Dos años antes

Ponciana, la mujer barbuda, y Lúculo, el hombre bala, eran pareja de hecho hasta que se cruzó en sus vidas el enano Ferdinando. Este era un artista de otra formación circense que se había deshecho hacía muy poco. Ferdinando pidió trabajo en el Circo Universal y se lo dieron. El enano y el hombre bala se gustaron desde el primer momento, fue un flechazo. Y este fue el principio del fin de Ponciana, aunque la barbuda intentó otro final a su favor. La venganza de Ponciana consistió en denunciar a las autoridades la relación "contra natura" que mantenían el hombre bala y el enano. Aquel era un país de tolerancia cero hacia los homosexuales, osea, de intolerancia religiosa absoluta.
Fue Guillermina, la bella ecuyere, quien puso en alerta a Lúculo y Fernando: "Os denunció esta mañana y ya se acerca el Imán con varios hombres para deteneros. Quieren aplicaros la "Sharía"









La huída estuvo llena de peripecias. Utilizaron en un principio una vieja moto con sidecar, una antigualla que daba la impresión de que iba a reventar en cualquier momento. Afortunadamente dieron el esquinazo a los integristas. Pero el resto de la fuga no estuvo exento de peligros, hasta que consguieron cruzar la frontera de un país civilizado.
Triunfó el amor... a pesar del despecho furibundo de Ponciana y de la idea fundamentalista de que eso no es amor. Y triunfó el enano en su venganza.